Josué Waddington, capitalista que destacó entre los empresarios del siglo XIX por su estilo para hacer negocios, por impulsar empresas modernas y haber contribuido al proceso de articulación de la elite de las provincias de Santiago y Valparaíso con las elites regionales. Nacido en York el año 1792, con poco más de veinte años, y tras un breve paso por Buenos Aires, en 1817 arribó a Valparaíso donde desempeñó actividades comerciales como socio y representante de la casa Winter Brittain & Cía. -establecida desde 1812 en Buenos Aires. Dado el éxito en la gestión de sus negocios, donde el buen trato con las autoridades de turno y el despliegue de una bien organizada red de agentes comerciales fueron piezas clave, en septiembre de 1833 decidió romper definitivamente la relación contractual que lo ligaba a la firma Brittain Waddington & Cía. Al año siguiente, junto a Thomas Templeman y Santiago Ingram, formó la casa Waddington Templeman & Cía., desde la cual, junto a su ya conocida faceta de importador-exportador, impulsó iniciativas decididamente orientadas a la diversificación de sus actividades económicas (ferrocarriles, fabricación de harina de trigo, minería de plata y cobre, compra y venta de fundos urbanos, transporte marítimo, servicios públicos, junto a una gran cantidad de obras de caridad) y al impulso de empresas modernas.
Entre los nuevos mercados que contribuyó a crear, cuenta el “corretaje de propiedades urbanas”, abierto en el marco del proceso de transformación de la ciudad de Valparaíso y la formación de empresas dedicadas a la provisión de servicios urbanos, como la Compañía de Consumidores de Gas de Valparaíso. También fue pionero en la formación de las primeras empresas de seguros en Chile. Como una arista temprana de sus negocios fabriles, en 1833 presentó una solicitud al gobierno de Joaquín Prieto para obtener concesión de un terreno donde más tarde puso en operación una fábrica de jarcias. El mismo año adquirió la hacienda San Isidro de Limache, conocida como una de las iniciativas más tempranas de modernización en el agro chileno tras la edificación en ella de un canal de regadío de 24 leguas de extensión entre Calera y Limache, el más grande de su tiempo en Chile en ese momento. Otra iniciativa empresarial de comparable rimbombancia modernizadora, fue su concurrencia como uno de los cinco inversionistas mayoritarios a la formación de la Compañía del Ferrocarril entre Santiago y Valparaíso.
Luego de cuatro décadas de éxito económico e influencia política, y de una y media décadas de declive empresarial, muere en 1876, dejando a sus hijos José Guillermo, Carlos Federico, Josué Segundo, Manuel Silvestre, Rafael, y a su nieta María Jacoba Waddington y Vildasola, un modesto patrimonio.